Aprende a evitar traspasar tu estrés y pena al bebé en el embarazo

En un artículo anterior, que puedes revisar aquí, hablamos que las emociones de la madre en el embarazo moldean la personalidad del bebé a futuro, como de seguro muchas de ustedes se sintieron culpables (aunque no deberían) y se preocuparon de cómo evitarlo, hoy les explicamos cómo evitar traspasar nuestro estrés a los bebes dentro del vientre.
– Primero entender y aceptar que el estrés es parte de nuestra vida actual y que es muy difícil suprimirlo totalmente, más aún en una etapa de tantos cambios como es la espera de un hijo. Hay que aprender a convivir con él de una manera sana y poder buscar espacios donde reconducir nuestras emociones negativas derivadas de esto. Estas emociones llamadas negativas también son parte de nuestro ser y tienen su función dentro de nuestro desarrollo.
– Trata de estar en buena compañía, de evitar exponerte a ambientes muy sobrecargados de tensión. Intenta identificar los orígenes del estrés y determinar cómo podrían modificarse para reducirlo. Quizá sea necesario alejarse temporal o permanentemente de la situación generadora de estrés.
– Acostúmbrate a hablar y cantar en voz alta a tu hijo. Algunos niños una vez nacidos han reconocido canciones de cuna que les cantaban mientras estaban en el útero. Puede que no comprenda aún el significado concreto de las palabras, pero hay mucho lenguaje comunicativo en el tono emocional, calidez y dulzura de tus palabras que el sí es capaz de captar.
– Comparte conscientemente tus sentimientos con tu hijo. No tengo cómo asegurarlo, pero mi tendencia es creer que comprenden mucho más de lo que creemos tradicionalmente. Además es bueno que desde ya vayan conociendo nuestras inflexiones de voz en nuestros distintos estados anímicos y por otro lado es una especie de entrenamiento para nosotras aprender a poner en palabras lo que nos ocurre, una habilidad que les aseguro será útil y trascendente a la hora de acompañar a nuestros hijos en su desarrollo emocional.
– Intenta mantener pensamientos positivos, de traer a tu mente ideas felices en relación a tu hijo y a su nacimiento. Incluso si estás atravesando un período altamente estresante intenta reservar un espacio de tu día para conectarte con él de un modo más relajado. Quién sabe cuando comienza en un niño su aprecio por ser mirado amorosa, compasiva y generosamente por sus padres, mientras antes se lo demostremos mejor!
– Acaricia a tu bebé a través del abdomen, esto los mantendrá en contacto amoroso y lo calmará en caso de que hayas pasado por una emoción negativa muy intensa.
– Intenta moverte suavemente, a él le gusta mecerse dentro tuyo. Mantén un adecuado equilibrio entre ejercicio y descanso y una nutrición acorde y sana.
– Considera esta fusión emocional como una oportunidad de autocuidado. En la medida que la madre tenga la genuina, valiente, honesta y activa intención de encontrarse consigo misma y se permita recibir apoyo, podrá lidiar mejor con sus afectos displacenteros, trabajarlos y evitar exponerse a situaciones que los desencadenen. No se puede evitar sentir emociones desagradables fuertes, pero se puede minimizar la exposición, aprender a regularlas y pedir ayuda oportuna.
– Si hay algo que te haga sentir relajada o feliz, como escuchar música, bailar, hacer yoga o pintar hazlo siempre que puedas y comparte esos buenos sentimientos o sensaciones con tu bebé.
– Déjate acariciar tú también. Aprovecha de regalarte un masaje de vez en cuando. El bebé responderá probablemente con placer a las caricias que recibe la madre y se beneficie con el bien que ella obtiene de ésta u otra experiencia amorosa y sensual.
– No te sientas culpable si has pasado por una situación altamente estresante en la que te has disregulado emocionalmente. La idea no es evitar estos sentimientos, sino hacerse cargo de ellos. Escuchar nuestras emociones nos permite ser más sinceras con nosotras mismas. Enfrentarlas más que combatirlas o negarlas nos hace libres. Y mantén presente la idea que tu hijo ha elegido llegar a tu vientre, con tu cuerpo, tu historia, con tu dolor y tus alegrías.
– Busca espacios de contención y catarsis. No te dejes guardadas esas emociones displacenteras, intenta compartirlas con quien pueda acogerlas y comprenderlas. Intenta hacerte parte de una red grupal (círculos de maternidad) o busca ayuda terapéutica si es necesario.
-Recuerda que todo es reparable. Es cierto que si nuestro hijo vive una experiencia intrauterina de alto y sostenido estrés, su tendencia puede ser hacia el desarrollo de una personalidad más ansiosa, pesimista o desconfiada, pero esto es sólo una posibilidad, que además tiene toda la chance de ser revertida si te lo dispones. En síntesis, aunque las tensiones externas que afronta una mujer tienen importancia, más aún si son constantes, intensas y la implican directamente, lo más esencial es lo que ella siente hacia su hijo no nacido. El vínculo, ya desde le etapa prenatal, es lejos lo más fundamental y trascendental.
– Concienticemos como sociedad lo trascendente que es cuidar a nuestras embarazadas. Valoremos la importancia de que estamos siendo hogar para nuestros hijos por un período crucial, crítico y ultrasensible para ellos.
Probablemente este sea un tema del que aún queda mucho que decir. Quizá hay cosas que nunca podrán comprobarse “científicamente”. Mi experiencia y práctica diaria como madre y como terapeuta me ha mostrado que somos mucho más que seres físicos. Hay un funcionamiento humano a distintos niveles; nos movemos y comunicamos en distintas dimensiones, en el plano físico, el plano emocional, el plano espiritual. Todos tenemos la capacidad para responder a estímulos más sutiles, vibratorios incluso, de manera más o menos consciente. El llamado es a cuidar las energías de las que nos rodeamos, más aún si estamos gestando vida. Somos un hábitat vivo y en permanente actividad en el que ellos definirán importantes aspectos de sí mismos. La buena noticia es que hay un poder enorme que tenemos las madres : podemos convertir nuestros sentimientos y emociones en una fuerza positiva hacia nuestro hijo, ¿qué mejor regalo? Aprovecha ese poder, te permitirá cuidar mejor a tu hijo y de paso cuidarte y quererte más a ti misma.
Dra. Soledad Ramírez
Psiquiatra-Psicoterapeuta
(artículo escrito previamente como aporte a Mamadre)