Algunos consejos para transitar la pérdida de un hijo durante su gestación

En un artículo anterior hablábamos de cómo continuar nuestra vida luego de perder un hijo/a durante su gestación en nuestro cuerpo.
Aunque no existe una sola receta y depende cada cada familia, estos consejos pueden ayudarte a vivir el duelo y a integrar este doloroso momento de una manera más armónica y menos traumática, por sobre todo ten paciencia contigo misma/o, paso a paso la herida irá sanando.
–No culparse. Como muchas cosas en medicina y en la vida, no están esclarecidas las causas de esto, por lo que permanecer rumiando hipótesis que nos impliquen a nosotras mismas como responsables carece de sentido. Un embarazo que está destinado a llegar a buen término no debiera afectarse por pequeños esfuerzos físicos.
–No criticarse ni exigir al otro las mismas reacciones. Cada miembro de la pareja tendrá sus propias maneras de enfrentarse a la pérdida, es importante respetarse en los tiempos e intensidades de cada uno e irse acompañando y consolando mutuamente. –Consultar si lo estiman necesario. Si aparece la necesidad de tener un espacio especial para desarrollar mejor todo el proceso emocional, puede pedirse ayuda. También si alguno de los dos no se siente capaz de retomar sus actividades o de hacerse cargo de su vida o si aparecen síntomas depresivos o ansiosos muy intensos, permanentes o duraderos en el tiempo. –Rituales. Me ha parecido que ha sido un recurso muy importante en la sanación de esta herida, a la vez un espacio de complicidad y apoyo entre los padres al planificar un rito especial para su hijo, quien merece una despedida más concreta y particular para él, para honrar la presencia que alcanzó a tener en esta familia. (sugiero ver: www.ritualesparanuestroshijos.com) –Tomarse un descanso. En todo sentido. Aprovechar si hay licencia médica para la madre, intentar que el padre pueda también tomarse unos días. Me impacta a veces lo difícil que resulta pasar por todo esto, tres días de licencia y a volver al trabajo como si acá no hubiese pasado nada! Todo ha ocurrido muy rápido y tanto el cuerpo como la mente necesitan tiempo y espacios de calma para poder volver a su equilibrio. –Hablar, hablar, sin autocensuras. Si sienten la necesidad, no privarse de desahogarse con quienes los apoyen y acompañen. Es importante crear espacios con la pareja para poder comunicar lo que está pasando cada uno. Si tienen apoyo con el resto de los hijos, intenten tener una salida solos y escucharse. Llorar alivia y limpia el alma. –Tomarse una pausa para intentar concebir un próximo hijo. Por un lado los órganos ginecológicos necesitan recuperarse y por otro lado todo el resto del cuerpo y la mente necesitan recargarse de nuevas energías para embarcarse en un próximo hijo y hacerle el espacio que necesitará en ellos. – Hablarlo con los otros hijos. Cada padre conoce a sus crías, por lo que en relación a esto pueden articular una explicación comprensible para ellos, que no los deje excluidos de esta vivencia que afecta a toda la familia, quiéranlo o no. – Participar en grupos de apoyo. Hay muchas parejas que pasan por esto y a veces puede ser reconfortante escuchar a otros, compartir experiencias y consejos, contenerse, hacer tribu. (posibilidad de participar en comunidad virtual en http://superandounaborto.foroactivo.com). –No se obliguen a encontrarle un sentido. Si por sus creencias religiosas y/o espirituales son capaces de hallar una explicación a lo ocurrido que los deje tranquilos, tómenla y compártanla entre ustedes, pero si ésta no aparece no se sientan forzados a encontrarla. Quizá escucharán “esto los hará más fuertes”, o “es mejor que haya pasado ahora que más grande, la naturaleza es sabia”, o “tal vez era parte del plan de Dios”. Muchas veces, más allá de la buena voluntad, estas palabras sólo hieren más. Al menos al inicio no hay por qué encontrarle un sentido a la muerte de un hijo, sólo darse el espacio de llorarla y permitirse la expresión del dolor. Más tarde quizá vengan ideas que reconforten o ayuden a resignarse, pero al comienzo no es la razón la que debe imponerse, sino la emoción… –No adelantarse con temores futuros. Intentar vivir el ahora, evitando dar cabida a los miedos acerca de la futura posibilidad de ser padres. –No compararse con otras parejas que hayan pasado por lo mismo. La razón de la pérdida del hijo puede ser diferente para cada madre, y cada una tiene su estilo particular, sus velocidades, sus modos de gestionar sus emociones. Escuchar a otros es bueno, pero no exigirse comportarse de igual manera. –Decidir sin presiones que se hará con las cosas que se habían comprado o juntado para el bebé. Darse tiempo para pensarlo, hay parejas que prefieren regalarlas, otras conservarlas, otras guardarlo para un próximo hijo (después de todo es herencia de hermano a hermano…). –A los amigos y familia: no reprimirse en preguntar. Apoyar, consolar, regalonear, estar disponibles para la escucha. – Apoyo espiritual: Siempre es una oportunidad para cuestionar las creencias de cada uno, acerca de la vida y de la muerte. Si les hace sentido y aporta, puede ser útil aferrarse a estas creencias y/o buscar apoyo espiritual.