Terapia Vincular

“Encuentro y desencuentro con el otro”
Somos seres sociales y desde el nacimiento, estamos en búsqueda de un otro. Lo anterior porque, necesitamos cuidados para poder desarrollarnos. No hablo solamente de cuidados básicos como alimentación y cuidados, sino que de una relación afectiva íntima con otro.
La primera y más importante relación es, sin duda, con nuestro cuidador principal, rol que usualmente ocupa la madre. Esta es esencial, siendo el primer vinculo importante y la persona con quien nos relacionamos de forma íntima y segura.
Aprendemos, desde ese momento el cómo acercarnos a los demás, en qué consiste una relación, qué cosas son acogidas por los demás, que cosas no.
De esta forma, incluso sin darnos cuenta, establecemos un aprendizaje que nos acompañará en nuestra inserción al mundo y en cómo nos introducimos en el ambiente social.
El desarrollo de los vínculos primarios, genera un aprendizaje que se internaliza, vale decir, yo aprendo que esa es la forma en que un sujeto se relaciona y por lo tanto integro este estilo de funcionamiento. Este aprendizaje nos permite vincularnos con otros, en todo tipo de relaciones sociales, ya sea con pares, familiares, pareja, etc. Esto de forma transversal, quiere decir que funcionaremos así en los distintos entornos en los cuales nos desenvolvamos.
Por eso es tan importante cómo nos vinculamos con otros.
¿Pero qué pasa cuando esta forma de acercarnos y relacionarnos comienza a generar malestar? nos lleva a tener conflictos, nos dificulta el establecer relaciones en el tiempo, las dinámicas familiares comienzan a ser perjudiciales para sus miembros, etc. Se hace necesario trabajar dichos aspectos, y desde ahí, el foco deja de ser en el sujeto individual, sino en el vínculo.
La terapia vincular surge desde la teoría psicoanalítica y se refiere a aquellos espacios terapéuticos en donde se trabaja con más de una persona, en pos de modificar el vínculo.
Busca fortalecer la individuación del paciente, a través de conectarse con el funcionamiento de la familia de origen, en donde “como se posicionaba el sujeto”, se vio coartado por heridas emocionales recibidas en vivencias pasadas.
A diferencia de otras instancias del trabajo en terapia, aquí se aborda la relación, ya sea entre familiares, parejas, hermanos, padres, etc.
En general se utiliza en las terapias del área Infanto Juvenil, en donde se busca trabajar la relación entre alguno de los padres y el niño(a) o entre otros integrantes del sistema familiar.
Muchas veces lo que lleva a consultar a los pacientes guarda relación con las dinámicas familiares y la forma en que ellos han aprendido a relacionarse mutuamente. Muchas veces, lo que sostiene el síntoma o los conflictos, se ve mantenido por estos mismos patrones relacionales.
Generalmente esta técnica se complementa con la psicoterapia individual o grupal, según la indicación del profesional tratante. En estas sesiones se interviene lo que se despliega en el “aquí y el ahora”, ya sea a través de la comunicación; en el caso de los niños, del juego o a través de dinámicas que buscan trabajar el vínculo y por consecuencia ayudar a modificar elementos de la relación.
En terapia vamos reeditando estas experiencias y aprendiendo a construir otros estilos de vinculación con otros. Desde ahí se observa al paciente como un sujeto activo, capaz de construir, diferenciarse, entrar en conflicto y salir de él.
Surge desde ahí la idea de la terapia vincular.
La nueva forma de vincularse, va instalando nuevos caminos, originando cambios y trabajando elementos de sí mismo.
Es la invitación a mirar hacia atrás y poder cambiar aquello que determinó nuestra conducta actual.
Ps. María Ignacia Muñiz
Equipo Centro SerMujer