A TI MUJER QUE ESTÁS MATERNANDO EN CUARENTENA...

A ti que ya llevas días y días de la marmota Que sostienes como siempre y más que nunca tu hogar no siempre dulce hogar Que te acuestas sobre alguna almohada cansada desde el pelo hasta las uñas de los pies Tú que te levantas sabiendo lo que viene por delante o quizá a veces peor, no sabiéndolo y te vas tropezando de a poco con un desafío en cada esquina Tú que intentas vivir el presente sin prisa ni presiones, pero te sorprendes con pudor repitiendo el pasado y proyectando con temor el futuro A ti que no te detienes entre lavar dientes, pelos, ropas y lozas, despertar y acostar niños, limpiar lágrimas, baños, potos y repisas, sacudir polvos y rabietas, improvisar recetas más básicas o más elaboradas, leer cuentos, whatsapp y mails, acompañar tareas y siestas, mediar peleas y pataletas, ordenar caos en todos los rincones, sacar basuras y legañas, regar plantas y relaciones, pedir huevos, confort, pan, verduras y más! Y quizá entre medio de todo y no sabes ni cómo ni cuándo intentas teletrabajar y cumplir en tu pega... A ti que un día te levantas con entusiasmo y la creatividad a flor de piel y armas manualidades de cualquier desecho que encuentras, creas risas desde los enojos, cacharritos de arcilla y obras de arte que te enorgulleces e inventas galletas y recetas nuevas, dejas brillante hasta los veladores y te acuestas sintiéndote todopoderosa y abundante... y otro día te levantas frágil, vacía de ideas y vaciada de energías y descongelas algo o repites los fideos con huevo otra vez y dejas la tele toda la tarde y pasas sobre la mugre y te haces la lesa y la ropa se acumula en el suelo y el cansancio en tus hombros y no eres capaz ni de tirar un dado y te acuestas con lágrimas que han estado todo el día a punto de salir y ya en sueños te entregas a los monstruos que estuvieron tras de ti toda la jornada. A ti que ya no sabes cómo seguir, pero sigues, que no sabes cómo lo haces, pero lo haces... Que un día juegas a ser profesora y te armas de horarios, paciencia, lápices y sacapuntas y al siguiente día abandonas misión, rompes cualquier intento de rutina y mandas todo a guardar A ti que lo haces lo mejor que puedes con lo que tienes, en tu refri, en tu mente y en tu cuerpo Que cotejas posibilidades y riesgos todos los días en cada decisión Que cada cierto rato explotas y ruges como una osa fiera y luego recoges lo que quedó de la tormenta y les cantas dulcemente hasta calmar las mareas A ti que a veces te molesta todo y otras veces bailas sola y coqueta en la cocina Que te pierdes en los días, te semi encuentras en las noches, pero ya es tarde y te vas en sueños hasta partir todo de nuevo al siguiente despertar A ti que la angustia a veces te la gana y lloras sola en la ducha Que el tiempo no te alcanza para llamar a esa amiga que extrañas o leer ese poema que te levantaría el ánimo A ti que a veces la risa te sorprende en pequeños gestos o detalles de tus hijos y te ves siendo la más feliz y afortunada A ti que hay días que quieres que todo pase y otros que esto siga y nada vuelva, que por momentos maldices y por otros agradeces. Más Poderosa y vulnerable que nunca Que fluctúas entre confiar y temer por tu vida y la de los tuyos A ti que hay días que salvarías a todos y otros en que quisieras ser rescatada A ti que sigues funcionando en el caos, en pijama, sin sostenes, sin sostén... A ti que defiendes a tus hijos de virus , de exigencias escolares y a veces de ti misma A ti que también a veces eres una niña asustada que necesita un abrazo ¿Quién te cuida a ti? A ti que construyes certezas para tus hijos a pesar de tu propia incertidumbre Que construyes seguridad a pesar de tus tantos miedos... Al anochecer escucho aplausos para quienes están arriesgando sus vidas en hospitales Hay también quienes se aplauden a sí mismos tras sus podios públicos y brillantes ¿Y a ti quién te aplaude? A ti que estás en tu íntima trinchera Cálida/Húmeda e inestable madriguera A ti que estás maternando en estos tiempos, te aplaudo mujer madre en cuarentena Te aplaudo, te entiendo, te acompaño, te bendigo y te agradezco Te abrazo y te digo: lo estás haciendo maravillosa y amorosamente bien... somos muchas y saldremos de ésta como de tantas otras... más fuertes y nunca iguales... Te abrazo otra vez...
Dra. Soledad Ramírez Psiquiatra, equipo Centro SerMujer